lunes, 4 de septiembre de 2017

Estoy embrujado?

Todos conocemos nuestro cuerpo, nuestra casa con sus particularidades, sus aromas, ruidos, luces y sombras, etc.
También nos damos cuenta cuando hay ciertos cambios o cosas nuevas y en la suma podemos distinguir si son positivas o no.
Es normal que se descomponga un electrodoméstico, el auto, que nos pesquemos una gripe o que estemos tristes por alguna cuestión de la vida cotidiana. También sabemos que las parejas tienen altibajos y alguna crisis temporal. De todos modos es importante conocer ciertos detalles para tener en cuenta.  Cuando hay una sumatoria de "cosas que se rompen", cuando sentimos olores desagradables sin encontrar el origen, cuando el ánimo decae y no levanta en un tiempo aceptable, cuando enfermamos y uno y otro médico nos dice que "no hay nada para atender", cuando se generan discusiones de pareja o familia "de la nada" y nos preguntamos: "¿como llegamos hasta aquí?", cuando "parece que está todo mal" y no hay causa lógica que lo justifique... es posible que estén actuando energías negativas generando algo así como un caos en nuestra vida, pareciera que todo se volvió "patas arriba". Los niños y las mascotas suelen ser muy sensibles a estas cuestiones.  Es el momento de actuar con coherencia, buscar primero la lógica de las cosas y si no la hay o se presentan dudas, hacer una simple limpieza energética en la casa agregando vinagre blanco y miel en pequeñas cantidades al agua de la limpieza de la casa, especialmente de los pisos.  Si de todos modos no se notan mejoras, es posible que estemos ante lo que llamamos "una efluvia negativa" que se produce por ejemplo por envidias de distintas personas, malas energías acumuladas que se traen del trabajo, se quedan de discusiones, luego de alguna enfermedad, o que estemos siendo objeto de algún maleficio, embrujo o conjuro enviado para causar daño.  Es entonces, el momento de pensar en una consulta para saber de que se trata y encontrar soluciones.  Para eso estamos los brujos, brujas, parapsicólogos, tarotistas, videntes, curanderos, manosantas o como quieras llamarnos.  Es aconsejable acudir con alguien recomendado, para evitar demoras y en el peor de los casos engaños, como los hay en todas las profesiones y en todos los ámbitos.